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La estrategia de Motorola: del renacimiento de la gama media con el Moto G6 a la promesa del futuro buque insignia

porTomás Pérez

Dic 22, 2025

Lejos han quedado las especulaciones; Motorola y Lenovo finalmente han decidido desplegar toda su artillería para consolidar su posición en el mercado. La firma ha dado un golpe sobre la mesa presentando el renovado Moto G6, un dispositivo que busca redefinir lo que entendemos por la gama intermedia. No se trata de una simple actualización, sino de una apuesta clara por la estética y la funcionalidad. El equipo abandona el metal para vestirse de cristal con su acabado 3D Glass, adoptando curvas en la parte trasera que facilitan el agarre y le otorgan un aire de sofisticación que recuerda innegablemente al Moto X4.

Este cambio de materiales llega acompañado de una necesaria evolución en el panel frontal. Motorola se suma a la tendencia de los formatos alargados incorporando la tecnología ‘Max Vision’ con una relación de aspecto 18:9. Estamos ante una pantalla IPS LCD de 5.7 pulgadas con resolución Full HD+, que logra maximizar el área de visualización sin sacrificar la ergonomía. El lector de huellas se mantiene en el frontal, conservando la navegación por gestos que tanto agradecen los usuarios fieles a la marca, mientras que el recubrimiento nanométrico p2i asegura resistencia a salpicaduras, aunque sin llegar a ser sumergible.

Especificaciones técnicas y el salto a la fotografía dual

Bajo el cofre, el Moto G6 opta por una configuración conservadora pero eficiente. Monta un procesador Qualcomm Snapdragon 450 de ocho núcleos a 1.8 GHz, acompañado de opciones de 3 o 4 GB de memoria RAM y almacenamiento de hasta 64 GB, expandible vía microSD. Si bien no es un salto drástico en potencia bruta respecto a generaciones anteriores, el enfoque está en la optimización. La batería de 3,000 mAh promete rendir gracias a la gestión energética del chip y al soporte para carga rápida TurboPower, compatible además con cargadores de mayor vataje y la tecnología Quick Charge de Qualcomm.

Sin embargo, el verdadero protagonista es el sistema fotográfico. La doble cámara deja de ser exclusiva de los modelos ‘Plus’ y aterriza en este modelo estándar con sensores de 12 y 5 megapíxeles. Esta configuración permite jugar con el modo retrato, el desenfoque selectivo y el reconocimiento inteligente de objetos, acercando herramientas creativas al usuario promedio. Por su parte, la cámara frontal de 8 megapíxeles incluye flash LED propio y modos de belleza, completando un paquete multimedia que busca plantar cara a una competencia cada vez más agresiva.

El legado del ThinkPhone como referente de calidad

Analizando la trayectoria de la marca, es imposible no trazar un paralelo con lo que representó el Motorola ThinkPhone. Este dispositivo se convirtió en el plano ideal de lo que muchos esperamos ver en el futuro de la compañía: una construcción impecable y un rendimiento sólido sin precios exorbitantes. Más allá de la nostalgia que evoca la línea ThinkPad, este celular destacó por su chasis de aluminio y fibra de aramida, ofreciendo una durabilidad con certificación IP68 que pocos rivales igualan. Su pantalla OLED de 6.6 pulgadas con tasa de refresco de 144Hz y el procesador Snapdragon 8+ Gen 1 demostraron que no hace falta tener el último chip del mercado para ofrecer una experiencia fluida y eficiente.

Lo que realmente enamoró a los usuarios del ThinkPhone fue su propuesta de valor. Por un precio que rondaba los 700 dólares, ofrecía un equilibrio casi perfecto, cuestionando la necesidad de gastar más de mil dólares en un teléfono de gama alta. Además, rompió con el estigma del soporte de software de Motorola; al estar enfocado al sector empresarial, recibió parches de seguridad mensuales con una regularidad que, lamentablemente, no se ve en otros modelos de la casa, ni siquiera en los costosos Razr.

Expectativas para el futuro y la asignatura pendiente del software

Con los rumores apuntando a la llegada de un nuevo buque insignia de Motorola a Estados Unidos para principios del próximo año, el ThinkPhone debería ser el espejo donde mirarse. La comunidad tecnológica espera que la marca mantenga esa filosofía de “menos es más”, evitando el bloatware que inunda sus gamas medias y bajas. En un teléfono que aspira a competir en las grandes ligas, es inaceptable encontrar carpetas de juegos preinstalados o aplicaciones del clima con publicidad.

Si Motorola logra combinar el diseño refinado que vimos nacer en la era del Moto G6, la robustez y política de actualizaciones del ThinkPhone, y un software limpio exento de basura, el 2026 podría ser el año de su regreso triunfal al podio de la gama alta. La mesa está puesta y los usuarios están listos para una opción que ofrezca cámaras competentes y rendimiento premium sin cruzar la barrera de los mil dólares.